Él Cuba Libre

Revienta la bailanta ya comienza el show sonaba cuando llegábamos a la selva. Dos horas nos quedaban hasta las 5 y media en las que esperaba un poco mas que cumbia y gente apretada.
La primera odisea ir al baño para darle alivio al deposito que se encontraba lleno asía rato (vejiga). Abrirse paso, caminar en fila india, empujar entes desconocidos en movimiento y bajar escaleras, porque el baño estaba en subsuelo. 4am y allí abajo parece una fraternidad, son todos como hermanos, pegados uno al otro, así que hay que tener cuidado con algún imprevisto, me explico no?...
Completada la misión, retorno a los montes poblados de gente de extraña procedencia y atenuado color marrón en sus caras. La música, nono, el ruido se torna insoportable así que espumante de por medio se mata un poco el tiempo.
Media hora para que finalice la fiesta en aquel "gueto" y desido remontarme a mis orígenes, a ese oasis en medio de tanta putrefacción que tenia 5 metros de largo con barra de madera enchapada (mucho no se podía pedir) y algunas que otras botellas. Implorandole a Dios para que halla alguna decente, diviso un regular Bacardi carta blanca de 1 litro. A fuego lento termino el trago que se supone no debo de de mencionar (recordando un viejo nick de NachoBic que nunca le pregunte a que venia), pero que esta implicito en mi persona y en el titulo de ésta nota.
"Me llevo el chupacabras", convincentemente respondí a la pregunta de un compañero que quería saber que estaba haciendo; 5 minutos finales y grandes ejemplares de oragutanes a los que suelen llamar patovicas nos dan el aviso de salida...